No creas que me olvidé de tu
olor
mezcla de pucho y café y viejos
libros de hojas marchitas.
No me olvido de tu piel ajada
tus cachetes blandos
tus manos huesudas.
No perdono tu partida
no sé por qué
simplemente no puedo.
Deberías haber hecho el esfuerzo
de quedarte un poco más.
Te culpo aunque sé que es
egoísta.
Cuando te fuiste todo se
desmoronó.
Ahora voy juntando mis pedazos
intento unirlos
fracaso siempre.
Es que te extraño...